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Cuentos contados
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» El Caballo de Ajedrez


Escaparse por un tiempo del tablero
al galope o navegando en un velero.
Dijo adiós una mañana y huyó al trote hacia un puerto donde había un solo bote.
Por el río remó hasta una meseta,
atracó y siguió su viaje en bicicleta.
Pedaleando a San Francisco llegó un día
y de ahí hasta Groenlandia en un tranvía.
A París se fue en un barco y a Japón
llegó en el acoplado de un camión.
Decidido a continuar sus derroteros
el caballo subió a un carro de bomberos.
Resultó una verdadera extravagancia
que también se trasladara en ambulancia.
Lo llevaron hasta el medio de un camino
por la patria donde nació Aladino.
Y en camello, helicópteros y coches
no paró de recorrer mil y una noches.
Una tarde el caballo satisfecho
decidió que de viajar ya estaba hecho.
– ¡Yo no vuelvo sin volar! – chilló su sombra
aunque sea un ratito en una alfombra.
Era que érase un caballo de ajedrez
que volvió hasta su tablero alguna vez.
No sabe si fue antes o después
a qué hora de qué día ni qué mes…
Era que érase un caballo de ajedrez…
Visto y leído en: musifonia -Letras de Canciones Infantiles-Álbum: Pidiendo pista
» Un huevo de chocolate
Érase una gallina
con pico y plumas marrones
que en vez de maíz comía
caramelos y turrones.
que en vez de maíz comía
caramelos y turrones.

Se estaba poniendo gorda
a los ojos del granjero
que veía preocupado
Y los gallos confundidos
miraban a la gallina
como si en vez de ser ave
ella fuera golosina.


Lo cierto es que una mañana,
mientras comía un turrón,
la gallina puso un huevo
oscuro como un bombón.
Un huevo de chocolate
de sabroso cascarón
por donde asomó un pollito
con pico y pluma marrón.
Tuvo cuna de confites
en papel de celofán
y una sábana de flores
con olor a mazapán.
Ahora todos los que pasan,
picotean y se van.
Visto y leído en: Silvia Schujer (Colección Buenas noches valijita. Grupo editor Norma)